20100307

Disculpas


Mis dedos se sienten extraños acariciando las teclas de este nuevo ordenador, muchas cosas nuevas han pasado también durante estas largas semanas de sequía situacionista. Pero la lectura positiva del abandono feroz al que se ha sometido este espacio en linea es que un aspirante a situacionista parece haber encontrado la senda de su buena situación.

Extraños mis dedos cómo oxidado mi cerebro, antaño las ideas se acumulaban antes de pulsar el botón "nueva entrada" de este, nuestro blog. Ahora, toda esa materia gris que se acumula por encima de mis cejas se siente incómoda tratando de recordar un lenguaje que antes hablaba con fluidez. No se muy bien lo que estoy escribiendo y mucho menos cómo acabará esta primera entrada de marzo, también lo es de este "nuevo" año", pero si se porqué estoy sentado frente a esta pantalla impoluta.

Los lectores habituales ya se habrán cansado de volver a revisar si alguno de nosotros hemos hecho el "esfuerzo" de dejar por escrito y para siempre lo que se nos pasa a veces por la cabeza. Con la sensación de que sólo una persona va a leer esto continuo con el relato de estos meses de silencio.

Lo cierto es que en ese camino difícil por el cual estamos obligados a caminar, algunos van de puntillas, otros tumbados en el sofá, estamos constantemente tomando decisiones... incluso los abonados al sofá. Reconozco que las mías no han sido meditadas profundamente, la teoría de la deriva me aconsejó no hacerlo nunca. Muchas de estas decisiones han afectado el ritmo en que las publicaciones florecían en este blog. De la mayoría no me arrepiento pues considero que me encuentro en uno de los mejores momentos de mi vida, para muchos (si es que alguien más tiene la oportunidad de juzgarlo) esta afirmación es una simple frivolidad barata. Pueden ustedes pensar lo que les parezca.

Me he visto envuelto en una nueva aventura discográfica que hoy mismo ha dejado de existir. Después de dedicar horas, días, meses... comprometer amistades (Gracias mil Manolo!!!) calentar mi oreja en infinidad de ocasiones a base de móvil (con su correspondiente facturita) la cosa no ha salido cómo esperaba. A nadie culpo, ni siquiera a mi mismo... podría decirse que culpo a la maldita burocracia y sus esclavos los burócratas (ya lo advertía Max Weber hace más de un siglo, pero el hombre insiste en olvidar la historia). Aún así no me arrepiento de nada, todo lo que hice fue por decisión propia y con gran satisfacción para mi, por cierto.

Además de este remolino de rock noventero que me ha acompañado desde noviembre he de añadir que otras ocupaciones, por lo menos estas si me permitían comprar algún que otro paquete de tabaco que otro, han protagonizado mi atención y por tanto hacer que olvidase el placer de la escritura y también la lectura... aún más placentero por cierto. Esas ocupaciones son más que conocidas por los amigos situacionistas (o aspirantes... cómo yo) aficionados a este, también su blog. Por suerte parece que esas ocupaciones se han situacionado en el centro de mi vida y son, a día de hoy mi única esperanza de libertad... y espero que feliucidad también.

Sólo queda disculparme ante el teclado y también ante ustedes. Y cómo el movimiento se demuestra andando remataré esta sarta de idioteces con una canción, cómo viene siendo habitual... espero que les guste.





Besos,
Un tal Facundo Bonilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario