20091028

Reclutando al situacionista (parte 1)


No es la "Canción del Pirata" de Espronceda, pero lo importante es el recitar de Juanito Navarro incitado por el gran Antonio Ozores...


(la acción se produce en el segundo espacio del vídeo)



Facundo Bonilla.

20091023

- MUSICACIONISMO.- Bad Lieutenant "Never Cry Another Tear"


Bad Lieutenant es Bernard Summer y éste fue uno de los ventrículos de la mítica Joy Division que a la muerte de su emblematico cantante, Ian Curtis, se convirtió en New Order... banda en la que que también, nuestro protagonista de hoy, tendría mucho protagonismo al ponerse frente al micrófono guitarra en mano.

No sabemos si Bad Lieutenant rinde homenaje a la inmensa interpretación de Harvey Keitel en la sórdida película del mismo nombre (que en nuestro gran país fue traducida por "Teniente corrupto"... con lo fácil que era en esta ocasión. Hay que ver cómo se complican la vida con las traducciones de las películas por aquí!!!). Lo que si sabemos es cómo suena el primer disco de esta formación que inicia la carrera en solitario de Bernard Summer cuya trayectoria nos hemos atrevido a resumir en tres líneas... sacrilegio!!!

"Never Cry Another Tear" es un gran disco cuyos acordes iniciales nos transportan directamente al mejor britpop de la mitad de los noventa. A bandas imprescindibles cómo Gene que en ocasiones fueron comparadas con "Los Smiths" (por las sublimes interpretaciones de su cantante, comparado por tanto con Morrissey). Gene, The Smiths, quizás Cast... mejor no comparemos.

Lo mejor de todo es que suena verdaderamente actual, en todo momento el disco invita a seguir escuchándolo... y es eso lo que proponemos, escucharlo. Para ello aquí va una pequeña muestra:




Bad Lieutenant "Never Cry Another Tear"

FB.


20091016

Marrón musical


Estoy siendo más valiente de lo que pensaba entrando al quite que se marcó el señor Paredes, pero tengo que dejar claro, antes de comenzar, que nuestro entrañable amigo no ha tenido en cuenta la opinión que me merece mi propio conocimiento musical y mucho menos mi supuesta capacidad para teorizar sobe este arte. La verdad es, lejos de parecer pretencioso, que me considero bastante ignorante en el terreno musical. De esta certeza me doy cuenta al mismo ritmo que crece mi heterogénea colección musical.

Tiene gracia que haya comenzado Ricardo su solicitud, más bien parecen los deberes del cole, mencionando a Lori Meyers. Pues este grupo cerraría el ciclo de los tres que a petición de nuestro amigo me toca analizar. Pero cuatro no es un número tan redondo cómo el tres y esto se lo puede confirmar cualquier asiático amigable que se encuentren por a calle.

Partiendo de la base de que Lori Meyers son de Granada al igual que lo son Los Planetas podríamos continuar asegurando que los primeros fueron apadrinados, en sus comienzos, por los de J y compañía. Más tarde llegó el éxito y pasaron de ser un grupo promesa a que les prometieran muchas cosas en una multinacional del disco.

Pero las coincidencias geográficas no terminan aquí, los dos grupos extranjeros a los que alude son ambos de la ciudad de Nueva York, pero no es este el motivo de las posibles similitudes entre ambos... a eso llegaremos más tarde. En el caso Español es mucho más evidente pues Los Planetas ya gozaban de gran prestigio cuando Lori Meyers comenzó con un sonido muy parecido al suyo, incluso con voces irreconocibles... demasiadas coincidencias? si! Pero por suerte, los "aprendices" dejaron pronto el nido para dejar evolucionar su sonido hacia las bondades del pop aunque en directo siempre demostrasen que sus raíces estaban bien asentadas en el rock... un sonido muy contundente, muy buen directo (cómo ya hemos comentado en este espacio en linea)

Pero comencemos desde el principio, los fundamentos de la música, del sonido de cada grupo. Para ello voy a tratar de evitar la mención de las etiquetas que, sigo sin comprender muchas veces. En mi modesta opinión el nexo entre los tres grupos, la unión estilística que les caracteriza se podría resumir en una sola palabra: progresión. Esta palabra es muy ambigua, lo se... pero describe muy bien varias facetas de los tres grupos. No solo de su progresión musical, esto es lo más fácil... casi todos los grupos que merecen la pena experimentan cambios, también pueden ser considerados cómo una progresión "natural".
Pero estos tres grandes grupos tienen un elemento en común en su sonido, la progresión. Aunque ésta no es del mismo tipo que caracterizan a los grupos de Rock Progresivo, como The Mars Volta o Triana (en la vertiente meridional de nuestro país)

Esta progresión, cómo palabra, bien puede ser sustituida por continuidad, contención... pero es una progresión la que está presente en la mayoría de las canciones de los tres analizados, aunque el envite es diferente al de los dos ejemplos anteriores. No veo porqué un grupo no puede hacer una canción progresiva de cuatro minutos...

Olvidemos por un momentos los tecnicismos y vamos directos a la acción. Porque se trata de los ritmos, pero también del movimiento de las guitarras donde se va a centrar mi discurso.
Para mi podría ser tan fácil cómo poner los vídeos de "Heroin", "Sugar Kane" y "Un buen dia" y despachar esta difícil tarea... pero creo que es más interesante que nos centremos en los cimientos de las canciones, representados por arriesgados ritmos de batería, y por unas consistentes guitarras que varían muy poco su embriagador sonido... pero lo hacen, lo hacen poco a poco. Muchas veces ayudados por segundas guitarras para que la experiencia sea más llevadera. Esos cimientos resisten las acometidas de estribillos, punteos y otras distracciones que engordan la canción... pero el ritmo inicial sigue progresando lentamente, tanto que en algunas canciones es inapreciable. En otras se interrumpe constantemente con giros o paradas estrepitosas... pero siempre se continuará con el ritmo inicial. Bueno, siempre no. Estamos hablando de tres grupos de extensas carreras y por tanto muchas canciones... en algunos casos estas estructuras se romperán para construir tonadillas pop o de cualquier otro estilo, pero la mayor parte de las canciones que han hecho famosos a estas bandas han sido construidas fijando los cimientos anteriormente descritos.

The Velvet Underground debutó con un magnifico "The Velvet Underground & Nico" en 1967, Nico colaboraba con su voz para esta obra. Con este disco, considerado uno de los mejores de todos los tiempos, los neoyorkinos presentaban sus credenciales al mundo musical con un espectacular sonido subyugando mentes a la primera escucha. La banda publicó tres discos más en los que se pudo apreciar una clara progresión (o regresión) hacia un sonido más pop pero sin olvidar sus raices rockeras, aunque dejando atrás el sorprendente sonido inicial conseguido por Lou Reed y John Cale, lejos de las influencias de Wharhol... quién participó en la producción.
Aparcando a Sonic Youth por un momento me gustaría destacar el hecho de que algo parecido sucedió con los únicos granadinos que el señor Paredes decidió incluir en este análisis...
Los Planetas editan el 1994 "Super 8", un disco lleno de himnos pop... diez años más tarde publican "Los Planetas contra la ley de la gravedad". Aunque no ha sido el último de sus discos, durante esos diez largos años su sonido permaneció en una mutación constante hacia estructuras más arriesgadas, más próximas a ese primer disco de "La Velvet", cuyos protagonistas siempre fueron una batería diferente y siempre contundentemente homogénea, ritmos de guitarra hipnóticos y más aun la irreconocible voz de J, su cocainómano cantante. Ya sabemos que a Lou Reed le gustaba más la heroína.
Otro nexo entre las dos bandas son las portadas, en el caso de "La Velvet" su primer acercamiento al mundo del arte fue tan intenso que sería también el último... no obstante la portada de Wharhol, con el plátano cómo único protagonista, quedará para la historia. En el caso de los Planetas su colaboración con Javier Aramburu (ex-Family) está siendo larga y placentera. El donostiarra ha firmado un gran número de las portadas de Los Planetas, la mayoría espectaculares.

Vayamos con Sonic Youth, la banda de Lee Ronaldo y Kim Gordon es un caso aparte aunque no del todo...
Ellos mantienen un sonido lo suficientemente semejante a lo largo de su extensa trayectoria cómo para poder llamarlo homogéneo. Por supuesto han tenido sus épocas y mejor no hablemos de su directo.
Muchos discos han forjado una leyenda que todavía permanece viva en Nueva York, Washing Machine, Dirty, Daydream Nation... en ellos se han utilizado ritmos de guitarras similares a los de "la Velvet" de la primera época aunque han sabido mantener su propio estilo.

Ahora, por último, vayamos a los ejemplos musicales. Al principio dije los obvios, los que todos pensarían en un primer momento, pero...



The Vetvet Underground - Loaded (1970) - "Rock & Roll"




Sonic Youth - Daydream Nation (1988) - Hey Joni




Los Planetas - Una semana en el motor de un autobús (1998) - Desaparecer




Después de escuchar las canciones creo que es mejor que olvidéis todo lo que habéis leído antes y sacad vuestras propias conclusiones. Después de haber releído todo esto no puedo comprender como tanta tontería puede ser tecleada en tan poco tiempo, además tampoco estoy seguro si he conseguido disipar las dudas o satisfacer las necesidades del bueno de Ricardo...

FB.

20091015

INTROMISIÓN

No, no hablaré de la canción de Lory meyers, pero sí que me váis a permitir por un día entrometerme en la parcela de Facundo. Será a modo de petición y simplemente para que el señor Bonilla se luzca y nos deleite con su capacidad de teorizar sobre música, y que haga algo parecido a lo que se hace cuando intentamos realizar un estudio de literatura comparada. En este caso se trataría de "música comparada" (posiblemente este término ya se utilice hace mucho tiempo), y comparar qué, pues algo que por lo que oído no va a ser una tarea difícil:
encontrar puntos de unión o influencias entre The velvet Underground, Sonic Youth y Los Planetas. Necesitaré ejemplos en forma de canciones.
A currártelo Facundo, me imagino que tendrás un as en la manga y este capricho será pan comido para tí. A ver si consigues que la satisfacción sobrevuele mi cabeza.

20091008

Cifra redonda

Trato de favor para los incautos...
Aquí se aprende muy poco, falta personal docente y nosotros, los muchachos del Instituto Benjamenta, jamás llegaremos a nada; es decir, que el día de mañana seremos todos gente muy modesta y subordinada. La enseñanza que nos imparten consiste básicamente en inculcarnos paciencia y obediencia, dos cualidades que prometen escaso o ningún éxito. Éxitos interiores, eso sí. Pero ¿qué ventaja se obtiene de ellos? ¿A quién dan de comer las conquistas interiores? A mí me encantaría ser rico, pasear en berlina y malgastar dinero. Una vez comenté esto con mi condiscípulo Kraus, pero él se limitó a encogerse de hombros despectivamente, sin concederme una sola palabra. Kraus tiene principios, va bien sujeto a su silla, montado sobre la satisfacción, y es éste un rocín al que los amantes del galope prefieren no subirse.

Jakob Von Gunten (Robert Walser)

¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.
Rayuela (Julio Cortázar)

Vivimos en un mundo ambiguo, las palabras no quieren decir nada, las ideas son cheques sin provisión, los valores carecen de valor, las personas son impenetrables, los hechos amasijos de contradicciones, la verdad una quimera y la realidad un fenómeno tan difuso que es difícil distinguirla del sueño, la fantasía o la alucinación. La duda, que es el signo de mi inteligencia, es también la tara más ominosa de mi carácter. Ella me ha hecho ver y no ver, actuar y no actuar, ha impedido en mí la formación de convicciones duraderas, ha matado hasta la pasión y me ha dado finalmente del mundo la imagen de un remolino donde se ahogan los fantasmas de los días, sin dejar otra cosa que briznas de sucesos locos y gesticulaciones sin causa ni finalidad.
Conocer el cuerpo de una mujer es una tarea tan lenta y tan encomiable como aprender una lengua muerta. Cada noche se añade una nueva comarca a nuestro placer y un nuevo signo a nuestro ya cuantioso vocabulario. Pero siempre quedarán misterios por desvelar. El cuerpo de una mujer, todo cuerpo humano, es por definición infinito. Uno empieza por tener acceso a la mano, ese apéndice utilitario, instrumental del cuerpo, siempre descubierto, siempre dispuesto a entregarse a no importa quién, que trafica con toda suerte de objetos y ha adquirido, a fuerza de sociabilidad, un carácter casi impersonal y anodino, como el del funcionario o portero del palacio humano. Pero es lo que primero se conoce: cada dedo se va individualizando, adquiere un nombre de familia, y luego cada uña, cada vena, cada arruga, cada imperceptible lunar. Además no es solo la mano la que conoce la mano: también los labios conocen la mano y entonces se añade un sabor, un olor, una consistencia, una temperatura, un grado de suavidad o de aspereza, una comestibilidad. Hay manos que se devoran como el ala de un pájaro; otras se atracan en la garganta como un eterno cadalso. ¿Y qué de cir del brazo, del hombro, del seno, del muslo, de…? Apollinaire habla de las Siete Puertas del cuerpo de una mujer. Apreciación arbitraria. El cuerpo de una mujer no tiene puertas, como el mar.
Prosas apátridas (Julio Ramón Ribeyro)

JOVEN. No me sorprende.
VIEJO. Perdone...
JOVEN. Siempre me ha pasado igual.
VIEJO. (Inquisitivo y amable.) ¿Verdad?
JOVEN. Sí.
VIEJO. Es que...
JOVEN. Recuerdo que...
VIEJO. (Ríe.) Siempre recuerdo.
JOVEN. Yo...
VIEJO. (Anhelante.) Siga...
JOVEN. Yo guardaba los dulces para comerlos después.
VIEJO. Después, ¿verdad? Saben mejor. Yo también.
JOVEN. Y recuerdo que un día...
VIEJO. (Interrumpiendo con vehemencia.) Me gusta tanto la palabra recuerdo. Es una palabra verde, jugosa. Mana sin cesar hilitos de agua fría.
JOVEN. (Alegre y tratando de convencerse.) Sí, sí, ¡claro! Tiene usted razón. Es preciso luchar con toda idea de ruina, con esos terribles desconchados de las paredes. Muchas veces yo me he levantado a medianoche para arrancar las hierbas del jardín. No quiero hierbas en mi casa ni muebles rotos.
VIEJO. Eso. Ni muebles rotos porque hay que recordar, pero...
JOVEN. Pero las cosas vivas, ardiendo en su sangre, con todos sus perfiles intactos.
VIEJO. ¡Muy bien! Es decir (Bajando la voz.), hay que recordar, pero recordar antes.
JOVEN. ¿Antes?
VIEJO. (Con sigilo.) Sí, hay que recordar hacia mañana.
JOVEN. (Absorto.) ¡Hacia mañana!
Así que pasen cinco años (Federico García Lorca)
El muerto
Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar
la alegría
no podrá morir nunca.
Yo lo veo muy claro en mi noche completa.
Me costó muchos siglos de muerte poder
comprenderlo,
muchos siglos de olvido y de sombra constante,
muchos siglos de darle mi cuerpo extinguido
a la hierba que encima de mí balancea su fresca
verdura.
Ahora el aire, allá arriba, más alto que el suelo que
pisan los vivos
será azul. Temblará estremecido, rompiéndose,
desgarrado su vidrio oloroso por claras campanas,
por el curvo volar de los gorriones,
por las flores doradas y blancas de esencias frutales.
(Yo una vez hice un ramo con ellas.
Puede ser que después arrojara las flores al agua,
puede ser que le diera las flores a un niño pequeño,
que llenara de flores alguna cabeza que ya no
recuerdo,
que a mi madre llevara las flores:
yo querría poner primavera en sus manos.)
¡Será ya primavera allá arriba!
Pero yo que he sentido una vez en mis manos temblar
la alegría
no podré morir nunca.
Pero yo que he tocado una vez las agudas agujas del
pino
no podré morir nunca.
Morirán los que nunca jamás sorprendieron
aquel vago pasar de la loca alegría.
Pero yo que he tenido su tibia hermosura en mis manos
no podré morir nunca.

Aunque muera mi cuerpo, y no quede memoria de mí.
Alegría (José hierro)

20091007

Soy Gilipollas (nada nuevo)


Siento un inmenso respeto por la palabra escrita, por esa que tantas emociones destapa en un vibrante trasiego de páginas que a veces no quieres que termine. La palabra escrita digo, porque la otra, la que se escucha al caminar, sufre un progresivo maltrato con el paso de las décadas, de los hijos, de los nietos... Esta corrosión no tiene freno y no hay nadie a quién parezca importarle realmente.

Con estas palabras sinceras me doy castigo por haber cometido una burla a la eterna belleza de la literatura. Una chufa, un juego, una tontería, un guiño a la ignorancia más absoluta en aquel mensaje que pretendía celebrar las cinco mil visitas. Por supuesto me di cuenta tarde (el gran Ricardo Paredes me abofeteó a la vez con el anverso de la prosa y la reversa de la lírica, por ello le doy las gracias... con estas cosas no se debe frivolizar), aunque cómo casi siempre que uno comete estupideces... ya no se puede rectificar.

Pero lo voy a intentar de la única forma que se me ocurre, pidiendo disculpas... aquí están:





(no es el vídeo original)









(no existe vídeo)


































Nada más que añadir por mi parte.
FB.


5000


Vaya, cinco mil visitas... muchas gracias a quien se sienta con ganas de recibirlas.



A esto sólo me queda añadir un par de cosas...

- Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

José Espronceda, Canción del Pirata (fragmento)


- En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda.

Miguel de Cervantes, Don Quijote de La Mancha (fragmento)


- Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocerlos nuevos inventos.

Gabriel García Márquez, Cien años de Soledad (fragmento)





Pues ale. en las diez mil nos vemos de nuevo...

Situacionistas y demás allegados.

Pensando con dedos hábiles


Nuevo intento por mover otro peón hacia delante, esto no es un juego pero a veces lo parece. Incrédulo, leo retornos a un nuevo estado de sensatez disfrazada. Parece que tengo que pagar un eterno diezmo por los errores que cometió otra persona en tiempos oscuros, tanto que me impiden ver con claridad dónde y cuando se cometieron los pecados.
Pero sigo adelante, ayer me despojé de los grilletes que durante más de un año me han tenido paseando mis cejas oblicuas por todo aquel que quisiera escuchar historias tristes... El experimento no salió del todo mal, lo suficiente cómo para advertirme que esas cejas deben quedarse quietas un poco más...
Una lluvia de dedos acusadores me han estado empapando en estos últimos tiempos aparentemente difíciles, el agua no es mala... esto es lo que no tienen en cuenta los que escupen sus reproches aunque siempre tiendo a pedir que lo hagan en mi cara, les invito a ello. Así podré ir despojándome de lastres que todavía me acompañan, no los necesito, son incómodos, el camino todavía es largo y quedan muchas cosas por hacer... por mucho que les joda a muchas muecas.
Hace unas semanas me decían que el presente se construye con retales del pasado, todo vale para componer el puzzle de cada persona y todo lo que uno ha hecho o dicho se acumula para luego hacer la santa suma cuyo resultado final será la persona a sacrificar. Esto me fue dicho después de mi defensa del ahora, pero no de ese ahora barato y facilón que invita a vivir cada día cómo si fuese el último. No, mi ahora se refería a la situación presente de las personas. El momento presente, el yo actual de cada uno es el que cuenta antes de que te apunten con la lámpara de interrogatorio en la cara. Aún así, mi mente permanecía clara. Desde un principio renuncié, y renuncio, a la verdad cómo poder absoluto, considero que no existe... que nadie la puede poseer aunque mucha gente se empeñe en perseguirla y hacerla suya llevándose por delante a quién sea necesario...
Mi eterna búsqueda de caras amables continua, si se tuerce el gesto necesito saber la razón y pregunto por ella.

He olvidado tantas cosas que ya no recuerdo las gilipolleces que cometía en el pasado, aunque existen heridas que todavía no han cicatrizado... hay algunas que si lo hacen yo mismo me encargaré de recordar para siempre, fueron errores que cambiaron el rumbo de mi vida para siempre.




.

20091002

Trayectos


- ¿ A dónde le llevo?
- A la calle Trafalgar número cinco, por favor.
- ¿Algún camino en particular?... puede usted elegir.
- Suelo bajar por María de Molina y acceder a Chamberí por García de Paredes, pero si tiene una sugerencia mejor... adelante.
- La tengo señora, si.
- No me llames de usted, por favor, que me hace sentir mayor. Pareces muy seguro y confiado...
- Es que lo estoy.

Diez minutos más tarde el taxi se detiene frente al número cinco.

- Vaya, pues tenías razón... hemos llegado en un momento, suelo tardar el doble.
- Gracias por la confianza.
- ¿Cuánto te debo?

El taxista recibe un billete que cubría bastante más de la deuda contraída por la joven que además, ,mientras lo doblaba, había depositado su tarjeta entre el pliegue formado cuidadosamente con sus finos dedos.

- Quédate el cambio, por favor.

Los ojos del taxista le sonrieron mientras le daba las gracias. Los mimos ojos que secuestraron la atracción de la joven desde el momento que sus miradas se encontraron. Sentía que la desnudaba cada vez que el taxista acompañaba sus palabras con los ojos clavados al retrovisor, sin aparente cuidado por el tráfico. De camino al segundo piso hacia su vivienda ella no sentía ningún reproche hacia sí misma por lo que había hecho, ni siquiera pensaba en qué él llamaría... pero lo deseaba.

Héctor no tiene instalado un gps en su taxi, tampoco lo necesita. Conoce Madrid entera como si toda ella fuera su barrio, un gran barrio compuesto por miles de calles, cientos de miles... conoce la gran mayoría. Hay clientes que se sorprenden, lo primero por la falta de ese gran invento de la humanidad que tanto anuncian los grandes almacenes, por cierto. Pero también se sorprenden por conocer calles que ningún otro taxista había conocido antes, otros se sorprenden porqué Héctor les descubre rutas a sus destinos que, cómo en el caso de la excitada señorita anterior, ni ellos mismos conocían... y además tardan mucho menos tiempo en llegar. Las propinas por tanto son considerables, además una amiga suya le diseñó una tarjeta con mucha clase aunque sólo la entrega si le preguntan. De esta manera Héctor ha ido acumulando una serie de clientes habituales... un gran número de clientes, muchos de los cuales son mujeres.
Héctor no para el bares de taxistas, sus amigos no son al mismo tiempo compañeros. Trabaja menos horas de las que suelen hacerlo los que si comparten el mismo diseño de su coche, gana lo suficiente cómo para vivir bien y se mantiene alejado de los bancos; es decir, de las deudas.

Pero todavía no conocemos el secreto de Héctor, porqué le van tan bien las cosas, porqué conoce tan bien la ciudad, porqué atrae tanto a las mujeres (y a algunos hombres).

Para conocerla tenemos que retroceder quince años en la historia personal de Héctor, comencemos el día en que cumplía 20 años. Aquel día recibió una llamada esperanzadora para su incipiente carrera cómo modelo. Su agente le anunciaba que debía hacer las maletas esa misma tarde y prepararse para volar a Milán la mañana siguiente. Encantado, Héctor, se puso en marcha en lo que significaría el comienzo de un largo ir y venir entre aeropuertos internacionales. Desfiles, portadas de revistas, campañas publicitarias... en fin, había triunfado. Este triunfo se trasladó al terreno sentimental, bueno no... fue más bien en el terreno sexual. Su precoz adoración hacia el sexo opuesto siempre fue correspondida, inexplicable y felizmente para él. Esta nueva ola de popularidad le garantizaba sexo allá donde fuese, aunque donde él disfrutaba más era en casa.
Poco a poco la frecuencia con que su agente le llamaba fue disminuyendo al mismo ritmo que pasaban los meses, los años...
Su carrera cómo modelo se había terminado, contado así parece algo trágico pero no en su caso. Había ganado mucho dinero y además seguía teniendo su agenda repleta de chicas dispuestas a pasar con él todas las noches que él quisiera.
Con un ático en el centro y una jugosa cuenta de banco a su disposición Héctor entró entonces en una espiral de gozo continuo que parecía no acabaría nunca. Pero lo hizo.
Demasiados viajes, demasiadas cenas con demasiadas chicas, demasiada droga y demasiado exceso... en fin, demasiado de todo.

Después de haber tocado fondo, Héctor estuvo muchos meses bastante mal. No encontraba sentido a la vida, no sabía que hacer para volver a ser feliz, en qué trabajaría.
... Cuando un buen día, lo vio todo claro...
Todas esas mujeres, ni las había contado. No podía hacerlo, incluso habiéndolo intentado después de tener esta "visión"... Todas esas mujeres, tantas... todas esas mujeres vivían en barrios muy dispares, en calles tan extrañas. Muchas veces le costaba encontrar el camino de vuelta a casa en su flamante deportivo. Tantos barrios, tantas calles... a veces sólo ellas sabían cómo llegar a aquellas calles impronunciables...

Por fin lo vio claro, sabía cómo saldría adelante...

Así es cómo Héctor decidió ser taxista. Pagó el coche y la licencia con el poco dinero que le quedaba en el banco y disfrutaba de su trabajo recordando en la mayoría de los trayectos las mujeres que vivían cerca, pensaba en ellas, en sus cuerpos desnudos esperándole, y en el resto de la noche... todas aquellas noches. Héctor disfrutaba si, Madrid entero estaba lleno de recuerdos y al conducir por ellos todos esos recuerdos se mantenían vivos...


Me gustaría pensar que sus trayectos iban aderezados con música cómo esta:




FB.

Un Situacionista


Hace unos días me contaron una historia buenísima y me gustaría compartirla con los pocos incautos que aun siguen pasándose por aquí...

Me hablaron de un tipo llamado Oscar Jiménez. Empezaron comentando su situación actual: no tiene trabajo, hace años que no hace la declaración de la renta, no tiene familia, no está casado y el hecho de haber pasado los cuarenta sumado a los ingredientes anteriores dan cómo resultado un plato que a nadie gusta. Ese nadie es, por supuesto, la sociedad... bueno, la gente que cree saber quién es. Le conocen, le han visto por la calle, pero nunca se han tomado una caña con él ni discutido la nueva política de fichajes del Real Madrid, por ejemplo.

Pero a pesar de todas estas aparentes adversidades Oscar es muy feliz. El señor Jiménez ha cursado varias carreras universitarias, varias de ellas al mismo tiempo. Pero nunca ha completado ninguna y por tanto no posee ningún título de grado superior, aunque atesora una cultura muy por encima de la media del profesorado universitario español. Porque además, desde que era niño nuestro personaje leía todo lo que se le ponía por delante.
Esta falta de titulación, para la administración es un simple graduado de COU, le permitió sumar muchos puntos que sumados a su falta de recursos económicos pronto le proporcionaron una coqueta vivienda de protección oficial en régimen de alquiler; además éste se vio reducido en gran medida por estar Oscar dado de alta en el Inem, en el paro.

Pero Oscar tiene comer cómo todo el mundo. La forma que tiene de conseguir sus ingresos fue lo que más me sorprendió de toda la conversación. Aprovecha al máximo toda esa sabiduría, que por cierto se encarga de mantener fresca cómo si de un hobby se tratase. Este tipo se dedica a suplantar personalidades para hacer exámenes de todo tipo, casi todos universitarios aunque también le divierte de vez en cuando "aceptar un trabajo" para alumnos de acceso a la universidad... las palabras del narrador todavía permanecían en el aire mientras empezaba a encajar piezas a velocidad de vértigo, ¿pudiera ser que el tipo que me ayudo en el examen de matemáticas fuese el "legendario" Oscar Jiménez?.
Mi cabeza empezó a dar vueltas y en seguida comprendí que si, era él... a medida que el narrador continuaba sus explicaciones las piezas iban encajando solas...
Recuerdo cómo aquel individuo, minutos antes de nuestro examen, explicaba con media sonrisa acompañando sus frases que venía a hacer el examen a un amigo... pero nos mostró con profesionalidad un carnet de la universidad falso con su foto... "tengo de otras" dijo, mientras su sonrisa se ensanchaba aún más. Pero también llevaba consigo una fotocopia de una denuncia ante la policía por la perdida de su dni... incrible!!! lo tenía todo calculado.

Por eso no dudé ni una sola palabra de lo que me estaban contando, Oscar tenía un auténtico negocio montado. Se anunciaba con discreción a través de internet y tenía hasta lista de espera ya que podía abordar casi cualquier examen con facilidad. Por supuesto sólo trabaja en las habituales citas de los exámenes universitarios, el resto de el tiempo lo dedicaba a disfrutar de la vida. A ello contribuía el bajísimo alquiler de su vivienda de protección oficial y los suculentos ingresos que le proporcionaban los benditos exámenes.
Siempre viajaba en las baratísimas temporadas bajas, siempre a lugares diferentes, siempre con una nueva acompañante, siempre intentaba que fuesen más jóvenes... este Oscar, claro! tanto trato con tanta universitaria... que cabronazo!

Antes de terminar quiero destacar, para el que no se haya dado cuenta, que estamos ante uno de los situacionistas más admirables que he tenido el placer de conocer. Si, Oscar Jiménez es un situacionista y creo que él lo sabe... aquella media sonrisa fue suficiente para reconocerlo.

Una canción dedicada a un tipo que hace lo que otros desearían:





Besos,

Facuando Bonilla.