20090914

Se acabó el verano


Dos noches seguidas pasando frío me avisan, el verano se acaba... un año más. Este, por suerte, lo pude disfrutar mucho más que el anterior, aunque los sucesivos jamás serán cómo los que precedieron a las sombras de aquel verano al que me refería antes.

El otoño llega pegando codazos este año, pero sigo pensando en los veranos... muy poco en los vividos pues difícilmente se aproximaran a los que que venideros. Mi mente sigue en blanco cuando intento adivinar cómo serán. En cualquier caso vacaciones no siempre es sinónimo de verano, es más para mi casi nunca lo fue. Me encantaba desaparecer en noviembre y escapar a otras latitudes, descubrir otras culturas, aprender de ellas y regresar cargado de historias para escupirlas en cuanto se presentase la ocasión. Ya he mencionado en este espacio mi necesidad absurda de contar historias, de sentirme protagonista... aunque he de decir que esta realidad se va mitigando con el tiempo. No se que me pasa pero tengo la extraña sensación de callar más y hablar sólo cuando se me pregunta. Yo mismo me sorprendo cuando me veo en estas situaciones.

Pienso en esas escapadas no veraniegas, en las que tenía pensadas, mochila al hombro, y cómo una extraña sensación de tristeza inunda mi cuerpo... si, mi cuerpo entero. Con gran pesar me rindo ante la idea de que no podré hacer ese tipo de viajes nunca más, aunque por otro lado hace un año pensaba que nunca dispararía mi cámara nunca más... y, por ejemplo, este otoño se presenta "movidito" fotográficamente hablando.
Son muchos los países que seseo visitar, muchas las fotos que seguro captaría... aunque una terrible certeza lleva demasiado tiempo sobre mi cabeza, recordándome que se acabó viajar haciendo fotos con la vieja cámara manual, en plan guay. Ahora me las tendré que apañar con un buen modelo de compacta, uno que me permita controlar todos los aspectos técnicos de la fotografía... de otro modo no podré hacerlo.

Pero, después de este verano, me resisto a no disfrutar de unos días de mar en los meses en que en calor más aprieta. Al igual que en los momentos en los que el visor esta cerca de mi ojo, este verano en remojo me ha hecho olvidar los dolores que a veces se acentúan de tal forma que tengo que detener mi marcha... y esto no es ninguna metáfora barata de las mías. Literalmente, algunas veces ese dolor crónico mío me dice "párate o no respondo" y bajando la cabeza, sumiso cómo nunca he sido, me detengo hasta que ese dolor tiende a mitigar su control sobre mi. A veces trato de enfrentarme a él: subo la barbilla a lo más alto, aprieto los dientes y continuo mi marcha con paso firme a donde quiera que me dirigiese... pero es entonces cuando el dolor se enfada y arremete con mayor violencia... buff, son momentos difíciles, aunque yo no puedo dar mi brazo a torcer (nunca mejor dicho) ... aprieto más aún los dientes, acelero el paso e intento pensar en momentos agradables que siempre me acompañarán...

En fin, este ha sido un gran verano... no solo estoy orgulloso de mi mano destrozada por las rocas y mi insensatez. También lo estoy por haber descubierto otra forma de burlar al dolor disfrutando con algo que me apasiona... ya van tres:
El sexo, la fotografía y el buceo... y sigo buscando...

FB.

No hay comentarios:

Publicar un comentario